Es el “arte de la palabra”, producto de la inteligencia y la imaginación.
La lengua, oral o escrita, es la materia prima de la literatura. Podemos decir, de manera general, que una obra literaria es una forma de comunicación que utiliza, como acabamos de decir, la lengua. No obstante, hay diferencias evidentes entre la comunicación literaria y la comunicación habitual, la coloquial, familiar, etc.
La literatura utiliza todo un código que pretende embellecer el idioma o, al menos, causar extrañeza, llamar la atención. Así, utiliza una serie de figuras literarias, procedimientos sintácticos, morfológicos o semánticos, de los que ya escribiremos otro día. Aquí pretendemos establecer las diferencias entre la comunicación habitual y la literaria. Vamos a hacerlo utilizando los elementos propios de todo proceso comunicativo:
- La obra literaria puede existir, y de hecho existe, sin un receptor inmediato.
- El mensaje en la obra literaria no puede cambiarse, el lector u oyente lo recibe y puede interpretarlo, pero no cambiarlo, puesto que ya queda fijado por el escritor.
- El contexto no tiene por qué ser el mismo. De hecho el concepto de “clásico” radica, precisamente, ahí.
Entre Lope de Vega y nosotros, sus lectores actuales, existen varios siglos de diferencia, pero podemos conectar aún con su mensaje, como lo hacemos con otros autores como Cervantes, Góngora, Quevedo y un largo etcétera. Son los escritores considerados ya clásicos.
Para que exista una obra literaria y se divulgue deben darse dos elementos básicos:
1. El autor o creador
2. El lector u oyente.
Claro que el autor, cuando escribe, no tiene por qué pensar en un receptor inmediato y, es más, hay escritores que nunca publicaron nada en vida; pero si no se da una comunicación, si no se conoce la obra, es como si no existiera. Esa es la realidad. Por lo tanto, normalmente, cuando un escritor escribe tiene presente a su público ya sea de forma voluntaria o no, porque, sin darle más vueltas, el escritor pertenece a una sociedad y ya sea para criticarla, estar a favor, ofrecer alternativas... tiene que aludirla. Una vez que el público recibe esta obra, al leerla o escucharla, recibe la influencia del escritor. No quedan tan lejos como para no recordarlas las actuaciones de la censura sobre determinadas obras y autores que se consideraron perniciosos por sus ideas. Camilo José Cela sufrió la censura en sus primeras novelas, Luis Martín Santos tuvo que publicar Tiempo de silencio con partes silenciadas que, hasta los 80, no pudieron leerse. Entre los géneros literarios, sin lugar a dudas, el teatro es el que más ha sufrido la censura, por motivos obvios, ya que su público es más amplio; le sigue la novela y, por último, la poesía que, por desgracia, sigue siendo un género minoritario del que también quisiera poder escribir en otra colaboración.
Aristóteles fue el primero en hablar de los géneros y en definirlos. No obstante, ha evolucionado mucho este clasificación y hoy en día ya no se considera de manera inamovible, puesto que los géneros se relacionan entre sí y pueden sufrir variaciones. En el otro extremo, podemos mencionar a otros autores, como Benedetto Croce, que han negado la existencia de los géneros literarios. Bien, una postura intermedia es la adecuada. Existen los géneros, aunque van cambiando y evolucionando.
Existen tres grandes géneros literarios, épica, lírica y dramática, de los que nos vamos a ocupar a continuación.
El término “épica” procede del griego “epos”, que significa “narración”. La épica, por lo tanto, es aquel género que narra algún acontecimiento exterior al autor. Empezó siendo relato de hazañas heroicas y caballerescas y, con el tiempo, también ha contado hechos de carácter religioso o burlesco.
Entre el escritor y la realidad que cuenta hay total separación. El narrador se quiere mostrar objetivo e imperturbable, justo lo contrario de lo que ocurre con la lírica.
Podemos mencionar, aunque sea brevemente, algunas formas de la épica:
- Epopeya: es un poema épico que narra las grandes acciones heroicas de todo un pueblo. Ejemplos básicos son El Ramayana y El Mahabarata, en la India, y La Iliada y La Odisea en Grecia.
- El cantar de gesta: es la forma que la épica adoptó en la Edad Media en España y en Francia con obras como El Cantar de Mío Cid y La Chanson de Roland. En España los cantares de gesta fueron contados, de pueblo en pueblo, de plaza en plaza, por los juglares y se trataba de narraciones muy relacionadas con los sentimientos del pueblo llano. Así, El Cantar de Mío Cid cuenta cómo un héroe, don Rodrigo, es rebajado por su rey y como este héroe, por propios medios, va ascendiendo en su escala social hasta conseguir con creces el honor que habría perdido.
- El romance: los romances antiguos proceden de los cantares de gesta. Son composiciones breves, octosílabas con rima asonante en los pares, que pueden tratar distintos temas, aunque se iniciaron con asunto heroico, pero podríamos mencionar romances preciosos de asunto novelado como El Romance del Prisionero.
- La canción: se refiere a cualquier composición lírica destinada originariamente al canto. Tenemos una canción popular -que suele ser anónima- y una culta, muy cultivada por lo escuela trovadoresca y en España destaca Garcilaso de la Vega.
- Egloga: es una composición de tema pastoril. Se trata de una ficción poética en la que el autor expresa sus sentimientos empleando la ficción poética del diálogo entre pastores. Destaca también Garcilaso en España.
- Elegía: en su origen era una composición escrita con motivo de la muerte de alguna persona. Después también ha designado lamentos por otras causas. La literatura española conserva elegías preciosas y muy sentidas como las siguientes: Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique; Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, de García Lorca; Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández.
- Oda: es un poema de exaltación o elogio, dedicado a grandes personajes e instituciones, aunque Pablo Neruda ha desmitificado el género y ha dedicado odas a objetos y productos cotidianos, como las patatas fritas o los calcetines en Odas Elementales.
- Sátira: suele tener intención humorística, aunque también llega al ataque personal y a la crítica más despiadada. Sin dudas, Francisco de Quevedo es el mejor o más indicado representante de este subgénero en España.
Otras formas son: epitafio, idilio, madrigal, etc.
El género dramático representa las acciones ante un público mediante unos convencionalismos que tanto el público como el autor aceptan y entienden. El teatro se fundamente sobre el principio de tensión dramática, es decir, tienen que darse distintas acciones que se opongan y entren en conflicto para que exista la obra.
Tradicionalmente se distinguen tres partes en la obra dramática: exposición, nudo y desenlace. En el teatro moderno no siempre se sigue esta disposición, aunque la obra teatral sí suele dividirse en actos, cuadros y escenas. La técnica teatral básica es el diálogo, aunque introduce el monólogo y los apartes.
Las formas o géneros teatrales más importantes son:
- Tragedia: conflicto dramático que exige temas y protagonistas elevados y final negativo. La adversidad y el destino hacen que el héroe sucumba. Modelos clásicos son Esquilo, Sófocles y Eurípides.
- Comedia: nació como género menor, tenía finalidad satírica y exigía personajes y acciones de menor rango social y final feliz. Se convirtió pronto en un género importante, porque representaba los conflictos de la vida diaria. Hoy con el término “comedia” se alude a cualquier obra teatral. Plauto y Terencio son los grandes clásicos y en España la comedia fue el género preferido por Lope de Vega, quien revolucionó la escena en el Barroco.
Otros géneros llamados menores son: auto sacramental (Calderón de la Barca es un buen representante), el entremés (con Cervantes), los pasos (con Lope de Rueda), los sainetes, etc.
El objetivo principal de la enseñanza en el área de lenguaje y literatura en Educación primaria , secundaria y bachillerato es la calificación del alumnado como como usuario de lenguaje y literatura mas que su formación como lingüista.
No se trata de infundirle ciencia, si de enseñarle las técnicas que el alumnado llegue a hacer competente en el dominio de las habilidades de comprehensión y expresión oral y escrita, requiere entrenamiento, no es producto de la inercia del sistema y no es responsabilidad exclusiva del profesorado de un área, ni solo de esta: cualquier docente de cualquier materia en cualquier nivel lo es también de comprensión y expresión.
Con estas intenciones y perspectivas se presentan los contenidos de esto texto, un intento de complementar las reflexiones teóricas con las actividades derivadas.
- Expresión y Comprensión Escrita y Oral.
- La Lectura: Objetivos, Usos y Actividades.
- Modelos de Aprendizaje en la Enseñanza de Lenguaje y Literatura: Teorizacion y Actividad.
- Los Textos, primera alternativa didáctica en la enseñanza-aprendizaje de Lenguaje y Literatura.
- Sobre la Lingüística del texto: Los Párrafos.
- Estrategias de Comprensión y Producción de Textos.
- Enseñar la Literatura/ Aprender a leer Literatura.
- Oralidad y Lectura: Afectos y Efectos.
- La Poesía, una realidad polivalente.
- El Cuento y La Poesía en la enseñanza secundaria.
- Claves de Lectura.
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